mayo 02, 2006
Tu ayuda se necesita
La conocí hace un par de años, Adriana; un ser extraordinario de los pocos que al compadecerse actúa, demasiado sensible tal vez para un mundo tan complejo como este, ella me ha enseñado muchas cosas aunque ella misma no lo sepa, excelente en transmitir la importancia de vivir dignamente con respeto hacia otros seres como son los animales, tan importante para un mundo que carece de este tipo de personas que lucha día a día por aquellos que también son seres sensibles.Cuando la conocí tenía 2 perros y 2 gatos, todos recogidos en la calle, uno en una bolsa plástica, otro en medio de una avenida transitada y los otros, heridos.VYDA es el nombre del refugio que se fue formando con el pasar del tiempo, hora consta de Cinco perros, catorce gatos y tres conejos, este refugio no goza de toda una infraestructura adecuada ni recursos suficientes. Sin embargo ni la infraestructura ni el dinero han sido barreras para que Adriana que es la mujer que lo dirige y única trabajadora sirva desde hace 8 años a todos los animales que han pasado por ahí.Podemos apoyar a este acto de compasión integro, admirable y respetable, que no lo vemos realizar a cualquier persona en lo cotidiano. ¿Quién de nosotros se juega el mañana por un perro callejero y mal oliente o por un gato herido? ¿Cuántos de nosotros vemos animales en las calles y nos compadecemos de su desamparo y ¿qué hacemos?¿Cómo ayudar?· Apadrinando o adoptando a uno o más de los animales del refugio.· Donando alimentos, medicamentos, materiales para el refugio etc..· Manos voluntarias en el refugio.Contáctate con Adriana al teléfono: 2-321416 o manda un mail con tu teléfono a davilacamila@yahoo.com que enseguida le daré tu mensaje.Att Camila Dávila
¿Ser humano vs Universo?
¿Por qué dirigir los avances tecnológicos y científicos al beneficio exclusivo del ser humano? ¿Somos acaso entidades independientes y ajenas a nuestro entorno? ¿Somos seres superiores con derechos por sobre todo? ¿Somos el centro del Universo?
Pues bien, el ser humano es una entidad tan valiosa e importante como cualquier otro ser biótico -reinos de vida- o factor abiótico del Universo. Somos una única unidad y nos necesitamos los unos a los otros para vivir en armonía, es más, somos los humanos, quienes para vivir, dependemos enteramente del entorno y nuestra relación con él, y no así el entorno de nosotros, por eso hago énfasis en esto pues somos los humanos quienes estamos destruyendo el Planeta. La interrelación de los demás seres vivos y su relación con los factores abióticos mantienen un ciclo perfecto y equilibrado que genera prosperidad.
Entonces ¿por qué focalizar nuestros esfuerzos para el provecho del ser humano?, cambiemos esa falsa percepción de que el humano es dueño y señor del mundo y dirijamos los estudios de la ciencia al usufructo del Universo como unidad, como un sistema que depende de sí mismo para coexistir.
El humano es un ser superior, así como señala el movimiento renacentista Humanismo: “el hombre es el centro del Universo” ¿pero que debemos interpretar como superior, como centro del todo? Superior simboliza el hecho de tener uso de razón, lo cual no es muy evidente en nuestros tiempos, ¿y la obligación no es acaso ejercerla para llevar una vida equilibrada con el medio?
No confundamos el término superior con el derecho de hacer y deshacer a nuestra conveniencia, pues aislados como humanos solo somos una parte del todo, recordemos que como componentes de un sistema debemos progresar juntos, que si alguna pieza falla, cualquiera, por pequeña que sea, entramos en caos, en desequilibrio, de ahí el el porque la importancia de cumplir con nuestra labor de superiores. Somos privilegiados al tener la capacidad de modificar el entorno para beneficio del Universo y por ende el nuestro, aprovechémoslo, ejerzamos nuestra superioridad.
Centremos pues nuestras actividades en el mejoramiento de “nuestra” calidad de vida -entendida ésta como la unidad, el universo-, redirijamos nuestro propósito y ayudemos al bienestar del Planeta, a la protección y conservación del mismo, y por consiguiente obtendremos así nuestro propio bienestar. Sin ir tan lejos, empecemos por casa, por la cotidianeidad de nuestros actos, el ejemplo a nuestros hijos, respetando y admirando la naturaleza en su hábitat, ya sea parques e incluso nuestros jardines pero no dentro de nuestros hogares, coexistamos con el Planeta, amémoslo, respetémoslo, atendámoslo y protejámoslo, disfrutemos su belleza pero no nos lo apropiemos, no rompamos la unidad, somos uno solo.
El Caminante
Pues bien, el ser humano es una entidad tan valiosa e importante como cualquier otro ser biótico -reinos de vida- o factor abiótico del Universo. Somos una única unidad y nos necesitamos los unos a los otros para vivir en armonía, es más, somos los humanos, quienes para vivir, dependemos enteramente del entorno y nuestra relación con él, y no así el entorno de nosotros, por eso hago énfasis en esto pues somos los humanos quienes estamos destruyendo el Planeta. La interrelación de los demás seres vivos y su relación con los factores abióticos mantienen un ciclo perfecto y equilibrado que genera prosperidad.
Entonces ¿por qué focalizar nuestros esfuerzos para el provecho del ser humano?, cambiemos esa falsa percepción de que el humano es dueño y señor del mundo y dirijamos los estudios de la ciencia al usufructo del Universo como unidad, como un sistema que depende de sí mismo para coexistir.
El humano es un ser superior, así como señala el movimiento renacentista Humanismo: “el hombre es el centro del Universo” ¿pero que debemos interpretar como superior, como centro del todo? Superior simboliza el hecho de tener uso de razón, lo cual no es muy evidente en nuestros tiempos, ¿y la obligación no es acaso ejercerla para llevar una vida equilibrada con el medio?
No confundamos el término superior con el derecho de hacer y deshacer a nuestra conveniencia, pues aislados como humanos solo somos una parte del todo, recordemos que como componentes de un sistema debemos progresar juntos, que si alguna pieza falla, cualquiera, por pequeña que sea, entramos en caos, en desequilibrio, de ahí el el porque la importancia de cumplir con nuestra labor de superiores. Somos privilegiados al tener la capacidad de modificar el entorno para beneficio del Universo y por ende el nuestro, aprovechémoslo, ejerzamos nuestra superioridad.
Centremos pues nuestras actividades en el mejoramiento de “nuestra” calidad de vida -entendida ésta como la unidad, el universo-, redirijamos nuestro propósito y ayudemos al bienestar del Planeta, a la protección y conservación del mismo, y por consiguiente obtendremos así nuestro propio bienestar. Sin ir tan lejos, empecemos por casa, por la cotidianeidad de nuestros actos, el ejemplo a nuestros hijos, respetando y admirando la naturaleza en su hábitat, ya sea parques e incluso nuestros jardines pero no dentro de nuestros hogares, coexistamos con el Planeta, amémoslo, respetémoslo, atendámoslo y protejámoslo, disfrutemos su belleza pero no nos lo apropiemos, no rompamos la unidad, somos uno solo.
El Caminante
mayo 01, 2006
Juan Solano
Hola
Mi nombre es Juan Solano, soy biólogo egresado de la Universidad de La Habana e instructor de buceo.
Tuve la gran oportunidad al estudiar en Cuba, de recibir una formación profesional con matices distintos a los que vemos comúnmente en el sistema capitalista.
Luego, de regreso a Colombia, y después de intercambiar experiencias con colegas, observé que aunque Colombia y Cuba manejan sistemas sociales, económicos y políticos diferentes, la formación universitaria, enfatizando en las escuelas de ciencias biológicas, comparte en los dos casos una misma finalidad, el desarrollo de la ciencia y la explotación del entorno para el beneficio humano.
Posteriormente, trabaje ocho meses en la Estación Científica Charles Darwin (ECCD) en Galápagos, Ecuador, ratificando dicha posición.
Me vi excluido de la ECCD por colaborar en un proyecto de adopción de perros ajeno a la institución, pues, según ellos, esta actividad no compartía los propósitos de la misma. Mi vinculación a dicho proyecto de adopción fue porque, y por increíble que parezca, en dicha isla ejemplo mundial de conservación, matan los animales callejeros sin darles alguna otra alternativa, bajo la disculpa que afectan las especies endémicas, hecho que es cierto pero que no justifica semejante acción bárbara.
Todas y cada una de estas experiencias, además de muchas otras, me han hecho reflexionar acerca de cómo los humanos contemplamos el entorno y utilizamos de él a nuestra merced, convencidos que nos pertenece por el hecho de tener "uso de razón".
Por ello quiero a través de este medio llegar a aquellas personas que piensan y actúan como tal, con el ánimo no de convencerles que están equivocados pues nadie posee la verdad absoluta, sino para que conozcan otras formas de percibir la vida, reflexionar y sacar sus propias conclusiones.
Mi nombre es Juan Solano, soy biólogo egresado de la Universidad de La Habana e instructor de buceo.
Tuve la gran oportunidad al estudiar en Cuba, de recibir una formación profesional con matices distintos a los que vemos comúnmente en el sistema capitalista.
Luego, de regreso a Colombia, y después de intercambiar experiencias con colegas, observé que aunque Colombia y Cuba manejan sistemas sociales, económicos y políticos diferentes, la formación universitaria, enfatizando en las escuelas de ciencias biológicas, comparte en los dos casos una misma finalidad, el desarrollo de la ciencia y la explotación del entorno para el beneficio humano.
Posteriormente, trabaje ocho meses en la Estación Científica Charles Darwin (ECCD) en Galápagos, Ecuador, ratificando dicha posición.
Me vi excluido de la ECCD por colaborar en un proyecto de adopción de perros ajeno a la institución, pues, según ellos, esta actividad no compartía los propósitos de la misma. Mi vinculación a dicho proyecto de adopción fue porque, y por increíble que parezca, en dicha isla ejemplo mundial de conservación, matan los animales callejeros sin darles alguna otra alternativa, bajo la disculpa que afectan las especies endémicas, hecho que es cierto pero que no justifica semejante acción bárbara.
Todas y cada una de estas experiencias, además de muchas otras, me han hecho reflexionar acerca de cómo los humanos contemplamos el entorno y utilizamos de él a nuestra merced, convencidos que nos pertenece por el hecho de tener "uso de razón".
Por ello quiero a través de este medio llegar a aquellas personas que piensan y actúan como tal, con el ánimo no de convencerles que están equivocados pues nadie posee la verdad absoluta, sino para que conozcan otras formas de percibir la vida, reflexionar y sacar sus propias conclusiones.
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